divendres, 14 de novembre del 2014

Ni puta idea de qué poner de título.

Se escribe mejor con lágrimas en los ojos, con los sentimientos rotos y el corazón en el puño. A nadie le interesa leer sobre quién es feliz y pocas veces se han escrito libros sobre eso.

Las palabras salen mejor con sangre de por medio, quizá sea así nuestra forma de afrontar el dolor, ya que gritarlo a los cuatro vientos sería admitir una derrota.

Somos cobardes, miedosos y vulnerables, y ni siquiera nos importa, el dolor algún día nos hará más fuertes, pero mientras nos dedicamos a autodestruirnos, y admitamoslo, nos gusta.

Podríamos cambiar el rumbo, pero se está tan bien en nuestra zona de confort que de momento ni lo pensamos,

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