divendres, 13 de gener del 2012

Ese día no estaba nublado.





Y me levanté un día con ganas de comerme al mundo y me dije a mi misma que ESO no me iba a doler más, me acuerdo perfectamente de ese día, era un día soleado, pero hacía un poco de frío, estamos hablando de que era noviembre, a mediados para ser más exactos y ese día me encantó, no tenía nada de especial, era un día como otro, pero yo estaba diferente, me estaba obligando a sentirme bien, me levanté de la cama, encendí el portátil, algo que ya es rutina en mi y puse una canción, no una canción cualquiera, era esa canción que ESE día iba a multiplicar mi bienestar por 100.

Al oír esa canción mi cuerpo empezó a vibrar con cada nota y yo bailaba la canción o más bien la canción me movía a mi porque me hacía sentir exultantemente bien y mi cabeza se empezaba a poner en su sitio, no había tiempo de pensar en chorradas, era tiempo de ponerme las pilas y dejarme de tonterías que no valían la pena, me dije a mi misma que tenía que cambiar de actitud, que todo lo que había hecho hasta ahora no había valido la pena y que tenía que cambiar el chip por otro.

Ansiedad, pánico, miedo, celos, incertidumbre, esas palabras no podían existir para mi y menos que ellas controlaran mi vida y las borré de mi cabeza, puede que algún día vuelvan, pero de momento las tenía que borrar, no podía permitirme perder más días de mi vida, ya había perdido no días, sino meses y obviamente ya no me quedaba más tiempo, el tiempo es oro amigos y no hay que desperdiciarlo tan gratuitamente.

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