dimarts, 3 de gener del 2012

La guerra y sus heridas.



Mira que puse las manos en alto y saqué la bandera blanca, pero nunca fue suficiente, de ninguna manera, quería dejar esta guerra absurda que solíamos tener y terminamos con una herida justo en todo el corazón, no era una herida precisamente bonita, quizá tampoco de esas que dejan cicatriz, pero duele por un tiempo, que suele ser bastante relativo para cada una de las partes afectadas pero siempre se queda un puntito, un resquicio de lo que fue.

Y un día vinieron a curarme la herida, no fue como ir a urgencias a limpiarte el hueco que la bala ha dejado, era mucho más reconfortante, él limpiaba toda la mierda que esa guerra había dejado, sin importarle nada, solo que yo estuviera mejor, él haría todo lo que pudiera hasta que ya no hubiera rastro, hacía que me olvidara de todo, no con drogas, no se como lo hacía pero lo hacía bien, quizá fuera su sonrisa al verme, quizá fueran esas tonterías sin sentido que me decía sólo para hacerme sonreír... Y entonces, te das cuenta, puede que no sea de repente o puede que un día te despiertes y pienses "es él", entonces ya no le ves igual, no le ves como una persona desinteresada que ha hecho esto por ti, es algo más, mucho más...  prácticamente todo...

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